El encuentro de dos cuerpos 

Lo primero que como hombre y mujer se experimenta ante la presencia de otro o de otra que jamás se ha visto es atracción. La tendencia natural del hombre hacia la mujer y viceversa. Este es el primer movimiento del amor, pero no quiere decir que ya se esta enamorado. La atracción es eso, un gustarse nada más. El te invita a tomar un helado, tu aceptas. Platican, se miran, se gustan y... se ilusionan. Esto todavía no es amor... es eso, ilusión, encantamiento ante la presencia física y quizá personalidad del otro o la otra. Después de algunas salidas (siempre es lo más recomendable) surgen los besos, las primeras caricias. Te gusta estar con él, te encanta estar con ella. Tienen tanto en común, pasan horas de horas juntos, ya no pueden vivir el uno sin el otro. ¡nos casamos! Dicen. ¿Es esto amor? Quizá. El amor después de esa etapa de ilusión, encantamiento y enamoramiento va a ser probado a medida en que la relación inicie su viaje hacia la terrible rutina dentro del noviazgo y posteriormente matrimonio o vida en común.


El amor: lo que no es y lo que es.

Entonces pasará el tiempo y sabrás que es amor verdadero pues el respeto impera sobre cualquier descontento. El timbre de voz no se vuelve altivo y cuando lo hace, es firme pero nunca grita. En el amor hay ausencia de malas palabras, insultos, celos desorbitados, control excesivo hacia el otro, desconsideración, cualquier acto de violación, incluyendo violación emocional que daña la dignidad del otro. En el amor existe el regalo de darse el uno hacia el otro. ¿Qué entregas? No solo tu cuerpo, pues el amor conyugal es amor sexual. Sino tu atención, tu diálogo, tu tiempo, tu consideración, tu respeto y todo tu proyecto de vida a otro. Cuando este regalo es auténtico y es convencido de que amar es entregarse, (los dos) entonces el amor va creciendo, se va volviendo sólido, frondoso, ¡esplendoroso! a medida en que pasan los años y se sobreviven a las diferentes crisis, pues toda relación humana va a experimentar momentos críticos. Momentos de prueba para el amor. Si estos momentos se superan, con la ayuda, madurez y compromiso de los dos, el amor no tendrá ocaso, no se acabará nunca, el amor será eterno. ¿Acaso no es lo que cada mujer anhela en lo recóndito de su corazón? Y tu y yo sabemos que al hombre no le gusta estar solo te necesita a ti mujer para completar el mapa de su vida. Vemos pues como varón y mujer se necesitan para complementarse y realizarse como seres humanos. Por lo mismo es importante que cada mujer aspire, y también cada hombre aspire a la seguridad en sí mismo, que viene dada ante el convencimiento de ser valioso, único e irrepetible, pues es solo de esta manera como se puede amar bien. Es decir, el florero para las flores; la llave para el candado; el foco para la corriente eléctrica.


El amor es la certeza en el corazón de que has nacido para hacer feliz a esa persona y viceversa. Es respuesta y afirmación positiva del otro hacia la personalidad de su amado y es vivir la vida cotidiana con un sentimiento de seguridad y realización interna que sólo viene al experimentar el verdadero aprecio del otro hacia tu propio ser personal. Es amando como creces y haces crecer al otro. El amor nunca termina de amarte y afirmarte como persona. La comunión esta presente y todas las diferencias se resuelven buscando siempre el bien de esta comunión entre varón y mujer. El escritor españo Mario Benedetti escribe: Mi táctica es mirarte, aprender como sos; mi táctica es hablarte y escucharte construir con palabras un puente indestrutible(..) Esto es el amor.